Convencionalmente, se entiende entre quienes no están versados en el suministro de concreto en Puebla al curado como un proceso que se realiza tras colocar el hormigón y lograr su acabado, no obstante, es crucial entender que debe iniciar tan pronto como la superficie del concreto empieza a secarse. Esto ocurre al evaporarse el agua de exudación de una manera más rápida de lo que puede ascender a la superficie.
Las condiciones anteriores pueden presentarse inclusive antes de que culmine el acabado del concreto, lo que permite identificar diferentes fases en el proceso de curado. La norma ACI 308 R que siguen los proveedores del servicio de suministro de concreto en Puebla establece que, a causa de las etapas que atraviesa el material desde que se produce hasta que la estructura alcanza las propiedades requeridas, es necesario reconocer tres fases de curado, que mencionaremos a continuación
Curado inicial
Esta etapa comprende desde la colocación hasta el acabado de los concretos Puebla y tiene como objetivo evitar que se pierda humedad en la superficie. En caso de que el acabado se realice inmediatamente tras desaparecer el agua de exudación, no se requiere de medidas de curado en su primera etapa.
Sin embargo, suele ser indispensable si la superficie empieza a secarse antes de iniciar el fraguado o de completarse el acabado. Es importante tener en cuenta que es máxima la velocidad de evaporación del agua previo al fraguado, ya que posteriormente el agua se desplaza por difusión dentro del concreto. Este es un proceso mucho más lento, por lo que resulta indispensable evitar el secado durante las primeras horas después de colocar el hormigón.
En su etapa inicial, el adecuado curado del concreto es importante, ya que evita el agrietamiento por retracción plástica en concretos de Puebla con poca o nula exudación. Esto incluye concretos con cementos finos u otros materiales finos cementantes, por ejemplo, escoria, cenizas volantes o humo de sílice. Asimismo, se aplica a hormigones con alto contenido de aire, baja relación cemento-agua o aditivos reductores de líquido. Cabe agregar que es recomendable en entornos donde la evaporación del agua superficial del hormigón es alta, por ejemplo, zonas con altas temperaturas.
Es posible usar varios métodos que no causen daños o deformaciones superficiales en el concreto fresco, como la utilización de reductores de evaporación, nebulización o creación de cerramientos, barreras contra el viento o sombras. Si el proceso de acabado incluye varias operaciones prolongadas, es crucial aplicar y mantener las medidas de curado inicial o aplicarlas nuevamente hasta completar el acabado.
Esta etapa tiene que realizarse justo tras la desaparición del brillo del líquido de exudación, lo que puede pasar después del nivelado y, en ciertos casos, tras el alisado. Es crucial la eliminación del agua en exceso que procede de los reductores de evaporación o nebulización o bien, dejar que se evapore antes de terminar el acabado superficial.
Curado intermedio
Este se vuelve crucial cuando se ha logrado el acabado del concreto antes de completar su fraguado. Esto sucede si se consigue la textura superficial de forma rápida, si existe un retraso en el fraguado o en ambas situaciones. Si se efectuó el curado inicial, es posible continuar con la nebulización o la aplicación de retardadores de evaporación durante la fase intermedia. De lo contrario, los métodos utilizados no deben dañar la superficie del concreto, debido a que aún no ha obtenido su fraguado final y no puede soportar daños mecánicos. Por lo tanto, el agua tiene que aplicarse suavemente.
Tras la última pasada de acabado, es posible la aplicación de compuestos de curado por medio de aspersores, lo que puede hacerse antes de que el concreto haya completado su fraguado y, usualmente, se admiten como método final de curado. La aplicación de arpilleras húmedas sobre la superficie del concreto una vez obtenido el acabado influye negativamente en su calidad, por ejemplo, disminuyendo su capacidad de soportar las sales fundentes. Por lo tanto, es más conveniente usar láminas de plástico para cubrir la superficie después del acabado y sustituir el plástico por arpilleras cuando el concreto alcance su fraguado final.
Curado final
Esta fase abarca los procedimientos aplicados tras el acabado y una vez que el concreto ha fraguado y comienza a aumentar su resistencia. Las concreteras en Puebla recomiendan que no se demoren las medidas de curado después de completar el acabado, debido a las posibilidades de que se pierda agua por evaporación de forma significativa, principalmente si la textura del acabado deriva a una gran superficie expuesta, como sucede con el ranurado o cepillado.
La última fase puede llevarse a cabo extendiendo los métodos aplicados durante las fases anteriores o a través de otros métodos, por ejemplo, riego con manguera, utilización de arpilleras o materiales humedecidos con capacidad absorbente, entre otros. Una vez revisadas las tres fases del curado, se entiende la importancia de planificar de forma meticulosa el curado de estructuras notables, asimismo, que la afirmación «el agua es el mejor curador» es relativa.
Una pregunta frecuente acerca del curado final es acerca de la elección correcta de uno de los diversos métodos de curado. Esta dependerá de la velocidad con la que esté secándose la superficie del concreto, si ha ocurrido el fraguado inicial y final y si han terminado los procedimiento de acabado. Esto conlleva la necesidad de conocer los tiempos aproximados de curado que se requiere para el concreto, tomando en cuenta las condiciones climáticas imperantes en el sitio de construcción.
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