La relación entre agua y cemento está regida por los principios de la Ley de Abrams, un concepto matemático y físico que contempla que las proporciones de estos dos compuestos debe ser precisa si lo que se desea es tener resultados que sean capaces de resistir grandes cantidades de peso sin resquebrajarse en el proceso, una de las características más destacadas e importantes del concreto estructural.
Los principios de la ley formulada por el investigador Duff Abrams en 1918, sostiene que entre el agua efectiva (la diferencia entre los litros totales y aquellos absorbidos por los áridos) y el cemento en masa (los kilos empleados) debe existir una manera de relación en donde diferentes niveles de uno u otro ofrecen resultados distintos, siendo el más determinante la cantidad de resistencia que es capaz de soportar los concretos Puebla.
Sólo por tomar un ejemplo de esta pérdida de resistencia, haremos un ejemplo: imagine que cuenta con 425 kg/m3 de cemento en la mezcla y una relación de agua igual al 0.45; es decir que por cada metro cúbico de mezcla hay 425 kg de áridos y 191 kg de agua; con los cálculos elaborados por los profesionales de nuestras concreteras en Puebla logra tener una relación estable en la que la mezcla final de concreto contará con una gran resistencia y será capaz de resistir todo el peso muerto y en movimiento que deba pasar encima de él.
No obstante, uno de sus empleados ha visto la mezcla y erróneamente ha pensado que se encuentra muy seca y decide implementar un poco de agua con una manguera pues piensa que entre más agua es mejor (pensamiento popular muy extendido entre los no profesionales); suponiendo que una manguera convencional es capaz de brindar entre 30 y 90 litros por minuto, el operario inocente le habrá sumado a un concreto de 6 m3 entre 60 y 180 litros de líquido.
Esto debilita las uniones que pueden realizar las moléculas del material, provocando que la resistencia total del concreto estructural sea mucho menor y provoque alguna o todas las siguientes consecuencias:
Menos dureza
Una mezcla de concreto, aunque desde fuera parece roca sólida, la realidad es que es una mezcla de compuestos entre los que el agua cumple un papel fundamental; pero ese agua no se evapora o pierde en el camino, queda mezclada y condensada en pequeñas burbujas (a veces visibles o en ocasiones microscópicas) que generan un hueco en el que no hay una estructura sólida que permita brindar dureza.
Cuando estas pequeñas burbujas son minúsculas no hay problema pues su entorno se encargará de equilibrar la resistencia; sin embargo, cuando el espacio es demasiado grande no es posible brindar resistencia y por ende el resultado no se siente tan firme; esto genera puntos de debilidad que en el futuro generan focos de grietas que pueden poner en riesgo la integridad de toda la estructura construida.
Presencia de óxido
En el uso de concreto estructural es muy común que se empleen estructuras de metal como mallas de acero o varillas que buscan darle aún más resistencia; cuando el concreto tiene una proporción adecuada no hay ningún problema, pero los inconvenientes más grandes se presentan cuando la relación entre agua y cemento no es proporcional; en estos casos, el agua reacciona directamente con el metal y lo oxidará. Este resultado provocará que la resistencia del hierro se debilite y no brinde la misma capacidad estructural.
Baja resistencia de la superficie
En este tipo de mezclas, sus componentes tienden a separarse con el paso del tiempo y los materiales más pesados dirigirse al fondo mientras que las más livianas suben, en ese sentido, es agua acumulada empieza a elevarse (exudación) y en algunos casos llega hasta la superficie, ocasionando una debilidad tan alta que en ocasiones es capaz hasta de romperse con la mera presión de las manos.
Grietas
Con el paso del tiempo esa agua que se exuda tiende a evaporarse por acción del calor, cuando esto sucede en el concreto se generan fisuras que son el resultado del desplazamiento de parte de la masa para equilibrar los niveles de masa. Este efecto va a producir un alto nivel de porosidad, facilitando que elementos exteriores entren en las profundidades del concreto estructural, alcanzando las estructuras metálicas del armado y debilitándose aún más.
Tal vez estos daños no se presenten en un año o en diez, pero las estructuras de base están destinadas a durar mucho más tiempo, por lo que es importante asegurarse de que no tengan estos deterioros en el futuro próximo; para ello, lo más recomendable es contratar concreteras que le brinden mezclas de concreto estructural premezcladas y con los niveles apropiados de la relación agua cemento y en ninguno de los casos implementar más líquido.
Para acceder a estos servicios, basta con que nos escriba al correo concretosolidomx@gmail.com o al WhatsApp +52 (222) 820 5143 para realizar una cotización.